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martes, 15 de septiembre de 2015

Elementos de psicología económica para comprender la evasión de impuestos

Tiempos de reformas económicas son también tiempos de manipulaciones informativas y desinformación. La llamada psicología fiscal es un aspecto clave pues analiza las percepciones, actitudes y conciencia fiscal de los contribuyentes y de los miembros de la clase política para intentar comprender el funcionamiento de los sistemas de impuestos,como bien se indica en el texto "Psicología Económica", realizado en los años noventa por la Universidad de Chile.
La evasión tributaria es uno de los objetos de estudio de la psicología fiscal, al ser un comportamiento de los individuos, que lamentablemente es controlado por el Estado, cuyos objetivos se bifurcan en el interés práctico-financiero para el mantenimiento de compromisos de gasto público y morales, para que se genere un compromiso del individuo hacia el aparato recaudador.
Eso si, la realidad indica la existencia de modelos de aceptación de impuestos, como plantean Cullis y Lewis (1997), autores siempre mencionados a la hora de los estudios contemporáneos sobre moral tributaria.
Otra realidad práctica es la conveniencia de hablar sobre elusión en vez de evasión, pues aquella significa eludir el pago de tributos utilizando mecanismo legales, siendo estos elementos que se dejan abiertos en la regulación tributaria para que el sistema impositivo tenga válvulas de escape y no termine ahogando al individuo, aunque aquí llegamos a un nivel ético de discusión, ya que algunos grupos sociales disfrutan más de estos mecanismos de elusión respecto a otros de menores ingresos, debido a las clásicas asimetrías de información que genera la "filosofía de la naturaleza" del mercado.
Dentro de la psicología fiscal, Groenland y van Verldhoven (1983) elaboraron un modelo explicativo de la evasión de impuestos, donde la personalidad de los individuos es uno de sus factores. Cada persona tendría un "locus de control" externo e interno en torno al pago de impuestos: El primero hace referencia a la percepción interna de cada individuo respecto al ambiente en el que se relaciona. Como ejemplo podemos poner a los grandes empresarios, pues es un sector en que se conocen de mejor forma los mecanismo disponibles para eludir impuestos, por lo que se diluye el control personal de ellos para no caer en la elusión. Pero otro ejemplo es el de un pequeño empresario que advierte la elusión que se hace en la gran empresa, lo que lo lleva a plantearse la lógica "y por qué yo no lo puedo hacer".
En este sentido, los estudios de psicología económica entre los contribuyentes estaounidenses sobre las causas de evasión tributaria plantean la relación de intercambio que se esconde detrás del no pago de impuestos, la que se refiere a "la comparación entre el aporte que hace el sujeto con sus impuestos y lo que recibe de los servicios gubernamentales".
"Los contribuyentes sentían que no estaban siendo valorados por sus impuestos, que las imposiciones eran demasiado altas, que el gobierno no gastaba juiciosamente el dinero vía impuestos, que la carga de impuestos caía desproporcionadamente sobre asalariados y personas e bajos ingresos, que los ricos evitaban los impuestos al emplear especialistas y que otros aspectos del sistema originaban inequidades. Estas opiniones eran compartidas por evasores de impuestos y la población general", se plantea.Como se aprecia, se puede sostener una sintonía discursiva entre los aspectos resaltados por los grupos estudiados en Estados Unidos y los contribuyentes chilenos.
Por su lado, el control externo en el modelo de evasión tributaria es la percepción de eventos ambientales que no se relacionan con el comportamiento propio de los individuos y aquí entra la presencia fiscalizadora y sancionadora de los aparatos del Estado. Podemos ver que hay una retroalimentación entre el locus de control interno e externo para llevar a cabo la evasión de impuestos, lo que tiende a llegar a ciertos equilibrios para que un sistema impositivo funcione sin grandes tasas de elusión ni con sistema draconianos de control, persecución y castigos.
Además del factor de la personalidad está el factor situacional dentro del modelo explicativo de evasión tributaria, los cuales son objetivos, pues están fuera del individuo: Las características de oportunidad, dadas en ciertos ambientes donde se conoce la legislación tributaria o se tiene acceso a especialistas que indican los mecanismos a seguir para no pagar impuestos; características socioeconómicas, que entregan mayores facilidades para no pagar impuestos de acuerdo a la disponibilidad de información y de recursos (para el pago de abogados tributaristas), y las características del sistema de impuestos, las que se refieren a qué tan fácil o difícil resulta evadir de acuerdo a las normas de cada sistema tributario.
La personalidad, unida a las situaciones en que se encuentran o mueven los individuos por motivaciones, lleva a un conocimiento y actitudes (predisposición a pensar, sentir o actuar) hacia el sistema de impuestos produce efectos conductuales de evasión, lo que se materializa en determinadas experiencias, las que se dan especialmente en sectores socioeconómicos de altos ingresos, aunque el modelo permite reconocer que el modelo de comportamiento se extiende a grupos de ingresos medios, que a partir de la experiencia propia también buscan replicar la conducta de evasión que se generan en los primeros grupos. 
"Entre sujetos con control interno, se encontró que aquellos que poseen un alto nivel educacional , tienen mayor experiencia con evasión de impuestos que aquellos con un bajo nivel de educación", se indica en los textos de "Psicología Económica", de la Universidad de Chile.
Esto último es coherente con la idea de la psicología económica de que los cambios en las políticas de impuestos afectan diferencialmente las actitudes, percepciones y preferencias de subgrupos en la sociedad.
 La recurrencia a estudios de percepción sobre reformas tributarias según grupos profesionales y socio económicos obtendrían resultados disímiles por cuanto el grado de respuesta a favor o en contra de los cambios se relacionaría más con el objeto de intereses de costo-beneficio, en vez de la relatividad con la cual estos grupos se relacionan con el concepto de libertad.

martes, 8 de septiembre de 2015

Karl Jaspers y cómo el nihilismo proviene de la helenización del cristianismo

El psiquiatra y filósofo alemán, Karl Jaspers, en su obras "Nietzsche y el Cristianismo" (1955) aborda implícitamente al fracaso de la empresa de Nietzsche, consistente en pensar que con la destrucción del cristianismo emergería sobre el nihilismo. Según Jaspers, por el contrario pasó algo distinto: el nihilismo -entendido como el no creer en nada o en que nada se tiene por verdadero- se desarrolló en coexistencia con el cristianismo, el cual se mantiene "vivito y coleando".
Se desprende del trabajo de Jaspers que el nihilismo es consecuencia del cristianismo, no de aquel cristianismo primitivo u original de Jesús, sino que de la construcción o pseudomorfosis que Jaspers, sino que a lo que denomina como eutanización del cristianismo a manos de la moderna cultura burguesa y su práctica activa, que ha puesto un carácter acomodaticio del cristianismo, convirtiéndolo en un suave moralismo.
Ese cristianismo moderno clava sus pilares en la cultura griega, en lo que se conoce como la helenización de los misterios del cristianismo, entendidos en su vertiente de revelación. 
Jaspers señala que la esencia absoluta del espíritu moderno deriva del cristianismo, junto a la universalidad de la ciencia occidental, estableciendo una diferencia con la cultura griega en torno a la voluntad de saber: "Sólo en el mundo cristiano, a través de la historia, la voluntad de saber ha cobrado semejante amplitud. Es allí donde la indagación de la verdad ha cobrado el carácter implacable que se manifiesta en la ciencia. Tratase de un hecho indiscutible, esa ciencia, con su realidad, su esencia sin límite y su tendencia a la unidad, sólo apareció en occidente y sólo en suelo cristiano. En él, y por lo menos en algunos hombres, se ha formado el espíritu de investigación científica que debería impregnar toda conciencia y toda acción. El griego, es verdad, posee todos los elementos de esa ciencia, sabe desarrollar claramente sus métodos y conquista en astronomía, medicina, geografía, física, geología, botánica, conocimientos concretos que exceden a los de todos los que habían podido conquistar los hombres en otras partes del mundo, salvo sus matemáticas que han sido pobres en comparación con las nuestras. Pero el griego no conoce los principios sobre los que se funda un método seguro, válido para una indagación experimental que se extienda a toda la realidad empírica, aún cuando un individuo aislado parece, por un momento, practicar ese método, este es limitado y casi al punto se le olvida". El desconocimiento de un método de conocimiento seguro, con la incerteza que plantea, es una de las raíces del nihilismo.
Luego Jaspers separa aguas entre la ciencia moderna, cuya raíz encuentra en el cristianismo originario, y la ciencia griega, basada en la limitación de su método de conocimiento.
"Cuanto más estudiamos el espíritu y los resultados de la ciencia griega, más grande es el abismo que observamos entre ella y la ciencia moderna. Esto merece reflexión: ¿de qué proviene esa diferencia? interpretamos la respuesta de Nietzsche: si lo griegos que inventaron la ciencia, ignoraron la ciencia universal propiamente dicha es porque le faltaron los moldes espirituales y las exigencias morales necesarias. En cambio, el cristiano ha sido capaz de hacer avanzar esa ciencia gracias a su cristianismo y luego contra su cristianismo o, por lo menos, contra cada una de las formas objetivas que este ha podido asumir. El griego reconoce en el cosmos la realidad perfecta, ordenada. Reconoce lo que es conforme a la razón y a las leyes. El resto, para él, no es nada, es materia, el neón incognicible e indigno de ser conocido". Esta idea de no-digno es lo que limita la apertura de otro tipo de conocimiento en la cultura griega. La aceptabilidad está sujeta a la limitación, tal como se relata en el encuentro del apóstol Pablo con los griegos, quienes en su altar mostraban la máxima: "A nuestro dios desconocido".
En esta línea, Jaspers plantea la vereda opuesta en que se encuentra el cristianismo o la concepción judeo-cristiana respecto al método de conocimiento: (...)si el mundo es la creación de Dios, todo lo que ha sido creado por Dios merece ser conocido, no sólo lo que es conforme a la razón, lo que puede medirse, sino todo posible objeto de experiencia. Entonces el hombre se inclina por amor a conocer todas las particularidades de los fenómenos y no hay nada que deba convertirse en conocimiento y saber. Dios, como creador, está presente hasta en intestino de una pulga, según Lutero. Ante la inmensidad de la experiencia posible el griego se atiene a imágenes cósmicas cerradas, a la belleza del cosmos tal como él lo concibe, a la transparencia lógica de la totalidad planteada por el espíritu.
Para él, todo se concentra según unos esquemas de clasificación que les permite establecer grados jerárquicos y series ordenadas, y el contenido de su pensamiento se organiza, gracias a los silogismos, en un conjunto cerrado de relaciones o bien, por último, concibe un proceso eterno regido por leyes".